La orden cartujana, fundada en el siglo XI, es conocida por su estilo de vida contemplativo y su profundo compromiso con la oración y la soledad. Los cartujos se retiran del mundo para buscar la unión con Dios a través del silencio y la meditación. Su monasterio, llamado Cartuja, es un lugar de austeridad y recogimiento, donde se dedican a la adoración y la labor manual. Su disciplina es estricta y su comunidad está compuesta por monjes que renuncian a los bienes materiales y se centran en la búsqueda de la espiritualidad. La orden cartujana es un faro de paz en un mundo agitado, recordándonos la importancia de la introspección y la conexión con lo divino.
